miércoles, 8 de enero de 2014

CARTA ABIERTA A MONSEÑOR FELLAY.- POR ADRIEN LOUBIER (SOUS LA BANNIERE)


Monseñor,
Profundamente escandalizado por la iniquidad que usted demuestra en contra del Padre Nicolás Pinaud en la sentencia que acaban de comunicar sus “testaferros” tras los cuales usted se esconde en vano, por la presente vengo a expresarle el disgusto de centenas de fieles y de numerosos sacerdotes.
Y para que nadie la ignore, recuerdo aquí los términos de este “juicio” de sus ejecutores de trabajos sucios:
EN CONSECUENCIA condenamos al Padre PINAUD a una pena medicinal de suspensión de todos los actos quitándole tanto el poder del orden como el poder de jurisdicción (can. 2278 ss CIC-17 y 1333 CIC-83).  El levantamiento de esta censura reservada deberá hacerse conforme a derecho (can. 2245 CIC-17 y 1355 CIC-83).

Un recurso jerárquico con efecto suspensivo (can. 1353 CIC-83) puede ser interpuesto contra la presente decisión en un término de quince días hábiles a contar desde la notificación de la presente decisión (can. 1630 § 1 CIC-83).

La pena se suspende el tiempo que dure el retraso de la apelación.

Hecho en Rickenbach, 28 de octubre de 2013.
Sentencia sobre la cual un canonista precisó a la víctima el sentido del Canon 2278 invocado arriba:
Usted tiene el derecho de confesarse y de recibir la comunión. Nada más. Ni decir la Misa en privado, ni confesar, ni predicar.

Pero en la generosidad de esta sentencia, ellos le permiten seguir usando la sotana… la pena de suspensión infringida a Monseñor Lefebvre era más ligera… (de hecho, era la misma)
¡Esta condenación es tan increíble, que muchos apenas pueden creerla, hay que tenerla bajo los ojos como prueba material!
Y usted utiliza decididamente y sin vergüenza un derecho canónico de 1917 al cual usted no tiene ningún derecho; además del código de 1983 ¡que su fundador Monseñor Lefebvre juzgó escandaloso y favorecedor de la herejía!
¡Que usted utilice ambos en una parodia de proceso para reducir prácticamente a uno de sus mejores sacerdotes al estado laico! ¡Su “generosidad” (!) solo le deja el derecho a su sotana! ¿Para que no regrese desnudo a su familia?!!
¡Pero esto es monstruoso!
En el momento en que se carece dolorosamente de sacerdotes, ¡usted pretende suprimir uno!
¡Después de encarcelarlo 8 meses sin otro motivo que el haber corregido algunas faltas de ortografía en un texto que no escribió!!!
¡Después de haber pirateado sus correos, de hacer un uso de falsos para tratar en vano de comprometerlo por medios y procedimientos delictuosos, que la simple justicia civil sanciona comúnmente con la prisión!
¡La comedia burlesca de este procedimiento nos haría reír si ella no revelara dramáticamente el odio con el que usted persigue a sus oponentes a su triste política acuerdista con la Roma modernista, y la traición a la obra de su fundador, Monseñor Marcel Lefebvre!
Pues es evidente para todos que usted persigue al Padre Pinaud para hacerlo “chivo expiatorio”; y que esta sentencia inicua no tiene otra finalidad que mantener en la Fraternidad el terrorismo por el cual usted quiere conservar una autoridad cada vez más impugnable e ¡impugnada!
¡Usted acaba de hacer pública una palinodia que no engañará más que a los eternos ingenuos!
Sus campañas de rosarios siempre tuvieron la finalidad de obtener un “acuerdo práctico” con la Roma de Benedicto XVI. ¡Y luego se felicita de su fracaso que le evitó estar bajo las órdenes de Francisco! Este resultado fue contra su voluntad, ¿por qué intenta atribuirse la gloria?
¡Otro giro de 180° en su haber!
¡Pero si la FSSPX se escapó, fue obra de la Divina Providencia que sabe escribir derecho en renglones torcidos!
¡Lo que queda de su obra, después de dos años, son solamente líneas curvas y torcidas y las traiciones que se las inspiraron!
¡Es en vano que usted se esfuerza en inocular su veneno en sus discursos, cuyo carácter ambiguo no escapa a nadie, solo a los ingenuos que terminan por dormir!
La brutalidad odiosa de la “sentencia” que usted, sin legitimidad, ha fulminado contra un sacerdote estimado y estimable, es hoy un escándalo público.
Su pérdida de credibilidad es tal, que no le queda mas que una puerta de salida:
Su DIMISIÓN.
PS: Además, el simple laico que yo soy, que estuvo en el origen de ciertos legados confiados a la FSSPX, suscitados por la confianza en la obra de Monseñor Lefebvre, le recuerdo que los bienes de esta última tienen como finalidad la defensa de la Fe, y no de ir a parar, por una traición, entre las manos de la iglesia conciliar: la secta que ocupa la Roma actual, según la fórmula de su cofrade Monseñor Tissier de Mallerais.
¡Estos bienes no son de su propiedad!
Si usted traiciona esta obra, el día del juicio todos estos benefactores de la FSSPX se levantarán para pedir justicia a Dios en contra de usted.

¿Aunque quizá ahora usted tenga el apoyo de otros recursos? ¿Qué provengan de bancos internacionales? Este dinero se lo dejamos a usted… asqueados.