miércoles, 15 de junio de 2016

ENTREVISTA DEL 29 DE MAYO AL P. PFLUGER

FUENTE (Extracto. Hemos puesto subtítulos esclarecedores del sentido de las palabras del acuerdista P. Pfluger) 


"Nuestros miembros y los fieles preguntan, ¿por qué este papa es tan amigable, tan encantador con nosotros?"


LA SIMPATÍA DEL PAPA HACIA LA FSSPX "ES UN MISTERIO"

Nuestros miembros y los fieles preguntan, ¿por qué este papa, este papa en particular es tan amigable, tan encantador con nosotros? Es un misterio. En el nivel humano yo diría que le gustamos porque nos conoce de Argentina. Es muy excéntrico, es un jesuita, le gusta este espíritu misionero; somos pobres, vamos a India, a muchas partes, a las periferias como él dice. Tal vez no le guste la Iglesia establecida, rica, en Europa, en Norteamérica, los funcionarios. 

Pero tal vez sea más de orden sobrenatural, al nivel espiritual. Para los sedevacantistas, por ejemplo, o la llamada Resistencia, esto es un escándalo: que a este papa -con sus entrevistas, su comportamiento, sí, es escandaloso- le pueda gustar la Tradición. 

EL ACTUAL PROCESO DE REGULARIZACIÓN DE LA FSSPX "ES LA PROVIDENCIA DE DIOS"

A veces pienso que es cosa de Dios. Él es sorprendente: en el Antiguo Testamento una mula profetizó, Nuestro Señor dijo “si no están en tu contra están en tu favor”. Es paradójico, pero ¿por qué no? Tal vez sea un misterio, pero es la Providencia de Dios. Benedicto XVI era muy doctrinal, inteligente, era un profesor, este papa es tan modernista, tan progresista, pero no tiene problema en hablar con Mons. Fellay.

"DIOS NOS DICE: NO ES VUESTRA OBRA, ES MÍA, ES MI PROVIDENCIA."

Hay algunos cardenales y obispos que nos conocen muy bien y ven la importancia de la Fraternidad para la Iglesia y ellos hablan con el papa y le dicen, y el mismo papa lo dice: yo hablo con los protestantes, hablo con los judíos; ustedes son católicos, católicos en camino a la plena comunión. Uno no puede escoger al papa. Tal vez sea una manera en que Dios nos dice no es vuestra obra, es mía, es mi Providencia.
Algunos obispos ven que nosotros que somos perseguidos, excomulgados si se quiere; tenemos tantas vocaciones, entonces ellos ven que algo en la Iglesia moderna está mal.

"DESGRACIADAMENTE MUCHOS NO SABEN QUIÉNES SOMOS", Y POR ESO HAY QUE INTEGRARSE A LA IGLESIA CONCILIAR.

Hace pocas semanas en París, en Semana Santa, después de la ceremonia un hombre se acercó y me dijo: “Es la primera vez que vengo con ustedes. Escuché que el papa les dio la jurisdicción para confesar y aquí he descubierto la misa de mi juventud”. Esto no es milagroso, es lógico. Pero desgraciadamente muchos no saben quiénes somos. Es un reto para nuestros sacerdotes dar a conocer la Misa antigua, la Fraternidad.

LA REINTEGRACIÓN NOS HARÁ MISIONEROS.

El año pasado tuvimos una reunión con un obispo local de Suiza, Mons. Huonder, él es uno de los obispos que se reunieron con los sacerdotes y superiores de la Fraternidad. Y él dijo “Ustedes, Fraternidad, necesitan a la Iglesia y la Iglesia los está necesitando”. Yo creo que esto es muy importante. Para Mons. Marcel Lefebvre. la Fraternidad es una obra para la Iglesia, en la Iglesia, de la Iglesia. Entonces no es para nuestro crecimiento, para nuestros propios sentimientos, es para ser una ayuda para la Iglesia, por supuesto que en esta crisis de colapso de la fe, la doctrina, la moral, lo mejor que podemos dar, lo mejor que podemos hacer, la mejor manera de ayudar es hacer lo que hemos hecho, mantener la fe, pasar la fe a otros, la misa, hacer lo que la Iglesia en todas las crisis hizo: predicar, bautizar, catecismo, decir y predicar la verdad, incluso en un mundo ateo, por ejemplo. Y luego bautizar, santificar, dar los sacramentos, bendecir los fieles; y luego, muy importante: dar una guía, mostrar el camino para ir al Cielo. Y ahora para la Fraternidad es lo mismo, mostrar de buena voluntad, cómo se debe vivir para ir al Cielo. Dar una guía, como una línea, esa es la Tradición: mostrar cómo deben vivir para ser santos e ir al Cielo. Entonces nuestra contribución es muy importante, no es nuestra, es el espíritu, es el comportamiento, es la Tradición que es el pasado de la Iglesia. Los santos en el siglo XVI siempre hicieron lo mismo: Basarse en la fe, en la verdadera doctrina y predicar la vida cristiana.

Y como dije ayer: creo que es importante despertar a los fieles, tal vez también un poco a los sacerdotes para que entiendan esta responsabilidad en este tiempo: crecer, difundir la fe; esto es ser misionero. Y en síntesis este es el espíritu del Arzobispo. Entender que el sacerdote es un misionero. Debe participar, ofrecer la Redención, la salvación, la gracia.